Más de 5.000 años deleitando nuestros paladares.
Pues sí, parece que los helados artesanales llevan con nosotros una barbaridad de tiempo, aunque a lo largo de los siglos ha sufrido muchos cambios en cuanto a su concepción original. No solo su apariencia sino sus sabores y combinaciones. ¿Te gustaría saber cómo ha llegado a nuestros días? Pues sigue leyendo.
Los helados artesanales. Una historia de especias, montañas nevadas y mucho hielo.
Originalmente el helado se remonta a 3.000 años antes de Cristo. En aquella época, ya se consumía helado en Asia, concretamente en China. Y como es sabido, en aquella época no había congeladores, ni internet. Así que este maravilloso postre se elaboraba a base de nieve o agua congelada mezclándolo con frutas, bayas, miel, agua de rosas, higos, dátiles, nueces y especias tales como la canela o el jengibre. La nieve era transportada desde las montañas a la ciudad y como no podía ser almacenada, se preparaba para su consumo inmediato.
Solo los elegidos podrán saborear tan rico manjar.
Efectivamente, en Europa, los gobernantes y emperadores era los únicos que podían incluir en sus dietas, en contraste con el pueblo en general, este magnífico producto.
EL Rey Salomón según cuenta la historia, dijo haber tenido debilidad por el refresco helado. Hipócrates de Cos, el doctor más famoso de la antigüedad, recomendaba a sus pacientes bebidas frías con hielo para aliviar el dolor de las infecciones bucales, inflamaciones o dolor de estómago. O simplemente para mejorar el bienestar general de la persona. En Grecia, la nieve del Olimpo fue considerada digna de los mismísimos dioses.
Alejandro Magno también llegó a disfrutar de todos los beneficios del helado. Enviaba esclavos a las montañas a por hielo, como el que va a la gasolinera, para motivar a los oficiales de sus tropas ofreciéndoles bebidas frías a base de miel, fruta y vino fresco. Almacenaban el hielo en grandes fosos, muy ventilados, propiciando así las bajas temperaturas y conservando la nieve durante el verano. Todo un reto. Ahora hay un apagón de luz y no sabes si te vas a morir de hambre hasta que vuelva.
Por otra parte, el emperador romano Nerón, también le gustaba disfrutar de las fantásticas propiedades de las bebidas frías y el hielo. Tenía sirvientes especiales que enviaba a por nieve fresca a los montes Albanos, en las cercanías de Roma, para entretener a sus invitados. Hubiera sido mejor algún entretenimiento un poco menos complicado de llevar a cabo. En fin, así son los emperadores.
El conocimiento sobre creación y conservación de hielo durante el Imperio Romano, se perdió con la caída de éste. Fue Marco Polo, o por lo menos se le atribuye, el que a raíz de sus viajes por el mundo, importó recetas de cómo elaborar los primitivos helados, desde China y Oriente medio hasta Italia.
Artesanos de la refrigeración.
Fueros los pasteleros italianos durante 1530 cuando crearon helado a partir del salitre. Los ingredientes para hacer helado se introducían en un cilindro metálico rodeado por otro recipiente homónimo pero de diámetro mayor. El hueco que queda entre los dos cilindros se llenaba con hielo y sal. La sal tiene un poder catalizador brutal y absorbe energía obligando el descenso de la temperatura de fusión del hielo tomando calor de los ingredientes y devolviéndoles energía en forma de frío. (¡Hay que ver!, hasta vamos a aprender sobre física.) Para conseguir una textura más parecida al helado, la mezcla era removida para evitar que se formasen grandes cristales de hielo, consiguiendo así algo parecido a un granizado…Ya nos vamos acercando…..Por aquel entonces, tuvo tal éxito el proceso de fabricación , que llegó a considerarse como una profesión muy respetada llegando a no haber nada mejor que ser un “gelatiere”. Seguro que en aquel entonces este oficio estaría lleno de magia y alegría, ya que conseguían enfriar los alimentos bajo el calor del sol.
El Helado, un placer exquisito de la corte.
Catalina de Médici, fue una apasionada del helado. Cuando se casó con el rey Enrique II en Florencia, llevó consigo un “gelatiere” como parte de la dote y fue amenazado de muerte si divulgaba la receta secreta. No fue hasta el reinado de Luis XIV cuando la receta de cómo elaborar helado llegó al público en general. Fue a través del cocinero Francesco Procopio dei Coltelli apodado como Le Procope, quien recibió un permiso especial del rey para comercializar tan rico manjar, imponiendo un impuesto al helado, por supuesto…
Durante la niñez de Francesco ya se consumía la nieve y fue su abuelo quien inventaba rudimentarias máquinas para refrigerar y poder hacer bebidas heladas con frutas y miel, más parecido a los actuales sorbetes. Ya en la edad adulta, Francesco inauguró en París el primer salón del helado llamado “Le Procope” y como ya sabemos, con permiso de su majestad. Tuvo un éxito y repercusión increíbles y grandes personajes de la época fueron clientes habituales, tales como Voltaire, Diderot, Rousseau o hasta Napoleón Bonaparte.
El poder de las máquinas….refrigeradoras.
Alrededor de 1800, con la revolución industrial, se fabricó la primera máquina de helados, inventada en Estados Unidos. Y unas décadas más tarde apareció la primera fábrica de helados en Baltimore. Sin embargo, el gran avance tecnológico no llegó hasta que el profesor Carl Von Linde inventó: (redoble de tambores…)¡la nevera! Ahora sí. Ya podemos disfrutar de este exquisito postre en la comodidad de nuestras casas. El helado pasó a ser una mercancía que podía ser comprada por todo el mundo y ser disfrutadas en nuestros hogares.
Inglaterra, tierra de Damas…heladas…
Pues sí. A mitad del siglo XX, en Inglaterra se inventó el helado “suave” (soft serve), un helado más suave de lo habitual y que en Argentina se conoce como “Candy”. Dentro del equipo de desarrollo estaba, nada más y nada menos que, Margaret Thatcher (La Dama de hierro….helada) que gozaba de una licenciatura en química.
La llegada del yogurt helado.
Hasta nuestros días y desde hace ya unos años, apareció una nueva forma de hacer helado, que sustituye la nata por yogurt, bajando un poquito las calorías que tanto nos preocupan ahora. Ha tenido una buena aceptación por su sabor y cremosidad.
Helados artesanales Glasol.
Y como no, fue en el año 2000 cuando llegó a nuestras tierras, la familia que permitió revolucionar el helado artesanal en Valencia. Con su buen hacer, selección de los mejores ingredientes que, aunque no son enviados a recolectar por emperadores romanos o reyes franceses a los montes Albanos, podemos asegurar que son elegidos con mucho cuidado y cuya procedencia es de lo más variopinta de nuestro globo terráqueo. Como por ejemplo, la vainilla de Glasol, que procede de producción natural. EL 90% de las vainillas que se consumen en el mundo son versiones sintéticas debido a que su producción natural necesita unas condiciones de luz, agua y clima muy específicas, convirtiéndola en la tercera especia más cara del mundo por detrás del azafrán o el cardamomo…Pero eso es otra historia.
Y así llegamos al final de nuestro relato, que espero os haya gustado tanto como a mí indagar en la increíble historia del helado. Que os prometo no sabía que era tan viejuna.
Y si os ha gustado, no olvidéis compartir.